Las enanas blancas siempre desorientan al viajero, y así recorría yo el espacio hasta que en el infinito horizonte tuve la fortuna de hallar una enana negra, caracterizada por su indetectable invisibilidad, cuyo campo gravitatorio era determinado, administrado y guiado por la radiación de Nostromo. Me acerqué hacia la materia oscura con más coraje que sentido común, lanzando una llamada de auxilio. Mi diminuta nave fue reubicada y catalizada insuflándome el valor de permanecer cobijada a la deriva, pero sin perder de vista la pista de aterrizaje nunca más... la nave nodriza existía, y en su campo gravitatorio se extraviaban las enanas blancas tan molestas para el viajero... y así, conocí y reconocí Sado Planet, un mundo donde prevalecen los estímulos, las sensaciones, el valor, el sentido común, la cordura, la supervivencia, el arraigo, la superación, la responsabilidad, el dinamismo, la implicación y la generosidad.
Sado Planet no es un blog, ni un diario, ni una fantasia, es un regalo fruto del esfuerzo y el altruismo de Nostromo, de quien sabe quien es y hacía dónde se dirige, de quien decide en un ejercicio cuyas fronteras no están limitadas, ofrecer algo más valioso que sus experiencias personales, de quien puede, quiere y es valiente.
