7/11/10

CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO FEROZ

Cuentan la historia de una pequeña niña enfundada en una caperuza roja, que paseaba alegremente intentando ser diferente a los demás, y viviendo la vida peligrosamente, cuando se encontró con el lobo feroz, y ¡oh! ¡cielos! la vida dejó de ser tan bella, y no había ni una abuelita, ni un leñador, ni una mamá, ni una mejor amiga a la que ir a llorar, porque TU, SUMISA, estás sola por el bosque, aunque te creas que hay muchos y muchas que se hacen eco de tus palabras y defienden tu causa, y lo más preocupante es que no la defienden desde la tolerancia, pues en este caso debes someterte a su escala moral, a lo que está bien y a lo que está mal según ellos, someterte a su egocéntrica protección, y en definitiva, a su juicio.

He hablado crudamente de sumisas utilizadas y maltratadas por sus Dominantes, y lo corroboro remitiéndome a entradas como Permitidme tutearos, Señores, o No puedo  exigirte lealtad, sino te doy confianza, o Castigo (entre otras). Y todo lo que se ha escrito, lo he hecho en base a mis propias experiencias, así que sé de lo que hablo y, por tanto, tras leer esto no deseo que nadie tenga la impresión, de que no defiendo una causa que es tan mía como vuestra, ni que me posiciono desde mi actual estado de rendición y alegría.

Sumisa, abre los ojos, porque el lobo feroz está ahí afuera, y la realidad es la que es, y no la que tú te quieres creer o te venden. Y es tu responsabilidad conocer la realidad y asumir tus riesgos. Y si no conoces tus riesgos, es que te has autoengañado y tu consentimiento estaba viciado, y tú sigues siendo la responsable, y no lo olvides jamás: estás sola.

Hubo un tiempo, en que yo también buscaba Dominante, busqué por el mundo mundial, me arriesgué, y me tragué unas cuantas cosas que no quería tragarme. Y me arriesgué hasta la temeridad, y sabía que podía perder la vida en el intento, porque esa es la realidad. Y me arriesgué tanto, porque hubo un tiempo más atrás, en que me preparé para ello, analicé lo que quería, y a lo que tenía que renunciar, sí, renunciar, exploré e intenté formarme, y asumí la responsabilidad de mi destino. No tienes por qué perder la vida por conducir un coche a 200 km/h, pero puede ocurrir, y lo debes saber; si además no tienes ni idea de cómo funciona el freno motor, es muy posible que te estrelles, y tu eres la responsable, así que no le eches la culpa al fabricante, ni al encargado de obras públicas.

Un Dominante no va a dejar de ser quien es porque tú tengas unas expectativas o una idea de relación que no se corresponden con las Suyas. No va a darte lo que quieres. No va a haber ese amor que tanto buscas, si Él no lo siente; no va a abandonar a su mujer ni a sus hijos por ti, si Él no lo siente; no te vas a mudar a Su casa, si Él no lo siente; no vas a vivir tu 24/7, si Él no lo siente; no te va a solucionar tus problemas, si Él no lo siente. Así, si el Dominante que crees haber encontrado no tiene las mismas expectativas que tú, no puedes exigirle que cubra tus necesidades, y si tú decides dejarte atrapar, porque tú sí lo sientes, luego no Le acuses.

Leo y leo, y encuentro un montón de expectativas de sumisión teñidas de rosa, y no está mal buscar tu cuento de hadas, pero debes saber que el pilar de una relación BDSM no es el enamoramiento, que la entrega únicamente por amor no tiene más valor que la entrega dentro de una relación convencional, pues aquí la entrega es sumisión, y es disciplina. Para nosotros además, hay otros pilares básicos como la lealtad y la discreción. Si estableces una relación con alguien, por corta que sea, y aunque no se hayan cumplido tus expectativas, está muy feo airear los trapos sucios, acusarse, o iniciar campañas de desacreditación. Y para los demás, que somos tan arrogantes de enjuiciar, ¿acaso conocemos de verdad las relaciones de los demás? lo que se dijeron, cómo se lo dijeron, en qué contexto, ¿conocemos los por qués? ¿tenemos idea de lo que pasa en una sesión? ¿estábamos allí? ¿era nuestra relación?. Pues no, y por tanto, tampoco debemos juzgar las consecuencias.

Sumisa, abre los ojos, asume tus riesgos, asume tu responsabilidad, y cuando necesites caminar por el bosque temerariamente, no olvides lo que estás buscando, lo que quieres, y que el lobo feroz está ahí afuera. Si te adentras más allá de tu fortaleza física o psicológica, tú eres la única responsable. Si te adentras en el reino de las tinieblas, creyendo que sigues la senda del reino de las hadas, además eres idiota. Pero si al final decides adentrarte, debes saber que los tropiezos se pagan con sudor y lágrimas, y que cuando te topes con ese maltratador, tienes dos opciones igualmente válidas: derramar lágrimas bajo el agua de la ducha hasta que puedas seguir caminando, o acercarte al juzgado de guardia más cercano, previo parte de lesiones, y denunciarle. Y podrás hacer público que le has denunciado, y podrás hacer pública la sentencia, pero eso no nos autoriza a los demás a realizar un juicio paralelo, ni a dictar una sentencia paralela. Y menos autorizados estaremos a realizar ese juicio si ejerces tu libertad, y tu derecho a desahogarte, denunciándolo en otros medios, sin la garantía del principio de contradicción. Seamos serios, y dejemos de juzgar lo que forma parte de la esfera privada de las personas, personas que debemos entender capacitadas para asumir las consecuencias de sus decisiones.

6/11/10

CRÓNICAS DE VERANO II

Cambiar de actitud, someterme, no argumentar, no discutir, ser humilde, someterme, no llorar, gemir, someterme, aguantar, cambiar, disfrutar, respirar, respirar, control del dolor, humillarse, callar, humillarse, disfrutar, entregarse, dar placer, placer, placer, nunca he sido más feliz en toda mi vida. Pronto habrá que escribir sobre la felicidad, pero es otro tema. Explorar, explorarse, traspasar límites, de hecho el único límite que tenía, traspasar barreras, aniquilar miedos, exterminar fantasmas, sentir la calma, humillarse y someterse.